La batalla de los formatos de archivo: STL vs OBJ vs PLY

width="1024"El ser humano lleva almacenando información desde que se desarrolló la escritura. Antes de la invención de la digitalización 3D, los dentistas y técnicos de laboratorio almacenaban modelos físicos y archivos de papel en armarios. Sin embargo, ahora el almacenamiento de información se encuentra en una fase digital, por lo que, en lugar de armarios, utilizamos ordenadores. Los formatos de archivo se utilizan para codificar la información y almacenarla en un ordenador, y los programas deben reconocer el formato de archivo y acceder a él para poder utilizar los datos.

En cuanto a las impresiones, la característica más básica de los formatos de archivos es que codifican la geometría de un modelo 3D. Hay tres formas de hacerlo: malla aproximada, malla precisa y geometría sólida constructiva (CSG).

Para la impresión 3D, se utiliza la malla aproximada porque las impresoras no pueden imprimir con una resolución demasiado alta y las otras formas de codificar la geometría son innecesarias para la impresión 3D. La malla aproximada utiliza la teselación, que es el proceso de embaldosar la superficie de un objeto con formas geométricas. El teselado no produce solapamientos ni huecos. Con este proceso, es posible almacenar la apariencia del modelo y otros detalles como el color o la textura. En la impresión 3D, el archivo suele generarse mediante CAD, que posteriormente se procesa mediante CAM, creando el sistema CAD/CAM.

Esto nos lleva a los tres formatos de archivo utilizados habitualmente en la impresión 3D: STL, OBJ y PLY.

El formato de archivo más común que utiliza mallas aproximadas -y para la impresión 3D en general- es el archivo STL. En los archivos STL, las mallas utilizadas son triángulos (llamados facetas), que cubren la superficie de la forma 2D. Utilizar STL tiene varias ventajas sobre otros formatos de archivo. En primer lugar, al ser universalmente reconocido y el más utilizado, se facilita la colaboración. Además, los archivos STL son sencillos y pequeños, lo que agiliza su procesamiento.

Sin embargo, los archivos STL tienen un gran inconveniente. Como la teselación sólo cubre la superficie, los archivos codifican la geometría de la superficie sin representar el color ni la textura. Si sólo se desea un color o una textura -que es lo más frecuente-, los archivos STL son estupendos, pero con la mejora de las impresoras y la demanda de color, cada vez son más populares otros formatos. Otro problema de los archivos STL es la resolución. Mantener una alta resolución o codificar objetos de mayor tamaño requiere más triángulos, lo que se traduce en archivos de mayor tamaño. Cuanto mayor es el tamaño del archivo, más tiempo se tarda en procesarlos.

Los dos formatos siguientes, OBJ y PLY, se crearon para compensar las carencias de los archivos STL. Ambos pueden almacenar propiedades como el color y la textura. Aunque no están tan extendidos como los archivos STL, tanto OBJ como PLY son bien conocidos y ampliamente utilizados por su capacidad para almacenar el color y la textura junto con otros detalles. Ambos archivos se benefician de la mejora de las impresoras 3D y se considera que tendrán más relevancia en el futuro que los archivos STL.

Al final, ¿es mejor un formato de archivo que otro? Depende principalmente de tus necesidades y de tu situación. Sin embargo, una cosa es segura: las impresoras 3D seguirán mejorando y también lo harán los formatos de archivo.

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